lunes, 28 de agosto de 2017

Reseña: Fall of Light, de Steven Erikson

SINOPSIS: El invierno es amargo. La guerra civil amenaza a Kurald Galain debido a que el ejército del guerrero Urusander ha comenzado su marcha hacia la ciudad de Kharkanas. Dirigido por el despiadado Hunn Raal, tiene la intención de expulsar al consorte de Madre Oscuridad, Draconus, y colocar a Urusander en el trono junto a la Diosa Viviente. Aquellos que se interponen en el camino de los rebeldes se encuentran dispersos y debilitados, sin dirección desde que Anomander marchó en busca de un hermano que se ha alejado. En su lugar, Silchas Ruina decide reunir a su alrededor a las Espadas juramentas de las familias nobles y resucitar a legendaria Legión Hust, pero el tiempo no está de su lado.
Lejos al oeste, un improbable ejércitose reúne. Busca un enemigo sin forma, en un lugar que nadie puede encontrar. Sin embargo, la llamada del Embozado ha sido escuchada y la ciudad abandonada de Omtose Phellack es ahora el hogar de una multitud de recién llegados: Perros-corredores del sur, guerreros Jheck y extraños de piel azulada de todo el Mar Occidental han venido a ofrecer al Embozado sus espadas. Desde las lejanas montañas y los aislados valles del Norte, los Thel Akai llegan para comprometerse en esta, aparentemente, imposible guerra. Pronto se pondrán en marcha con las armas desenvainadas bajo los estandartes de los vivos en pos de la misma Muerte.
Tales acontecimientos presagian el caos, y ahora la magia sangra en este reino. Sin restricciones, misteriosa y salvaje, comienza a fluir libre y furiosa, y persiguiendo su olor, buscando los lugares de las heridas y el dolor, nuevas y antiguas entidades se reúnen.
En un mundo que se vuelve podrido con la hechicería, ¿puede realmente existir el honor?


RESEÑA: La conflictiva historia de los Tiste Andii y sus parientes en el reino ancestral de la oscuridad primigenia de Kurald Galain, ambientada milenios antes de la saga Malaz, el Libro de los Caídos sigue expandiéndose en la trilogía de Kharkanas. Tras la primera entrega Forge of Darkness, que sirvió para abrir las hostilidades entre Tiste Andii y Tiste Liosan, la situación de guerra abierta se desarrolla ahora desde las primeras páginas de Fall of Light (La Caída de la Luz), que publicó en inglés Steven Erikson el año pasado y que por ahora es la última obra del prolífico escritor canadiense (y de la que esperemos que no tarde mucho en llegarnos su última parte, de la que solo sabemos que se titulará Walk in Shadow).
Ya señalé en la reseña de la primera parte que el autor canadiense concluía Forge of Darkness en el momento más interesante de la trama, sin llegar a ser un clamoroso 'cliffhanger' pero si con la sensación de que podría habernos dado algo más. Esa misma sensación me ha rondado en el inicio de Fall of Light, con el convencimiento de que algunas escenas del arranque de esta segunda novela habrían servido para redondear un poco más Forge of Darkness. En cualquier caso también sirve para presentarnos un arranque más dinámico y potente, con las espadas desenvainadas y la guerra civil recorriendo, brutal y despiadada, todos los rincones de Kurald Galain, obligando a sus habitantes a elegir bando.
Una de las principales puntos fuertes de esta segunda entrega es que Erikson empieza a clarificar y ordenar muchos elementos que conocemos de hace mucho de la mitología 'malazana', aprovechando para explicar el surgimientos de sus sendas, los poderes mágicos y la aparición de los numeroso dioses ancestrales que pueblan su universo fantástico. Es verdad que la mayor parte de esta información se encuentra repartida a lo largo de los diversos volúmenes de Malaz, el Libro de los Caídos, pero de la forma fragmentaria y enrevesada en la que Erikson acostumbra a desvelar sus secretos. Fall of Light ayuda a tener una comprensión más clara de sus orígenes, y si en el primer libro de la trilogía apenas había muestras de los terribles poderes mágicos en esta segunda parte ya empiezan a desatarse a lo grande sobre un mundo poco preparado para lidiar con una fuerza tan devastadora y desequilibrante.
Igualmente interesante es la forma en la que el escritor canadiense maneja los personajes clásicos de Malaz, muchos de ellos mantenidos en un hábil segundo plano, pero que cuando hacen acto de presencia se adueñan totalmente de la trama. Hablo de personajes tan carismáticos como Anomander Rake, Silchas Ruina, Caladan Brood, Draconus, Gothos, el Embozado y un largo etcétera de los que es mejor no decir nada para mantener la sorpresa. También se pueden añadir todos esos cuya misteriosa identidad causa duda en el lector veterano y que pueden dar lugar a diversas teorías sobre si son personajes que ya conocemos.
Afortunadamente para el lector Erikson recupera sus habituales pinceladas de humor, que habían desaparecido completamente en Forge of Darkness, y en esta segunda parte también podemos disfrutar con algunos personajes y tramas que proporcionan un poco de alivio cómico a la seriedad de la mayoría de personajes y sucesos de esta guerra civil. Y es que gran parte de la novela sigue manteniendo el estilo sobrio apropiado para narrar con honestidad una contienda interna, sangrienta y dolorosa, una guerra donde los verdugos y los víctimas comparten raza, cultura y lazos de sangre, y donde cada bando está convencido de que lucha por una causa justa. Sin duda, el peor tipo de guerra posible.
Toda la narración llega acompañada de los profundos y jugosos análisis a los que nos tiene acostumbrados Erikson en sus libros diseccionado temas tan complejos como pueden ser los pros y contras tanto de las llamadas sociedades civilizadas y las bárbaras, el origen de los cultos y las diversas creencias religiosas, las profundas heridas que causan (tanto en los individuos como en las civilizaciones en conjunto) las guerras civiles. Las disquisiciones filosóficas e históricas de este tipo abundan a lo largo de toda la novela, volviendo a hacer que la trama se desarrolle de una forma demasiado pausada, y en ocasiones puede llegar incluso a hacerse un poco pesado para el lector convirtiéndolo en una lectura como siempre interesante, pero ardua.
La segunda entrega de la trilogía de Kharkanas mantiene las características estilísticas de Forge of Darkness, con una propensión a los largas divagaciones filosóficas e histórica, y con la introspección de sus personajes por bandera, pero afortunadamente Erikson recupera su afilado sentido del humor para aliviar la excesiva seriedad de la mayor parte de la obra. Fall of Light se presenta como clave para entender el surgimiento de la magia en el mundo malazano, explicándonos el origen de sendas y ascendientes, y con personajes que serán vitales durante milenios. La guerra civil de Kurald Galain sigue causando estragos entre los personajes, creando profundas heridas que siguen desgarrando cada vez más el mundo primigenio de Oscuridad, y Erikson vuelve a dejarnos una completa galería de personajes complejos que se alejan de la simpleza y el estereotipo fantástico. El final vuelve a parecer demasiado sencillo, sin llegar a estar a la altura de las explosivas y dinámicas conclusiones a las que nos había acostumbrado Erikson en el Libro de los Caídos, pero sin duda con todas las piezas colocadas para un último libro de la trilogía que tiene que llegar cargado de momentos clave, que todavía no han ocurrido pero que los lectores veteranos de Malaz sabemos que tiene que narrar por fuerza. Esperemos que no tarde mucho en llegar Walk in Shadow para calmar nuestras ansias de emociones.


VALORACIÓN 8/10

FICHA
Fall of Light (The Kharkanas Trilogy 2)
Steven Erikson
Bantam Press
837 páginas, rústica sin solapas

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